Me preguntan con frecuencia como me alimento a diario, algunos piensan que como apenas lechuga. Hoy te explico como varía mi alimentación y porqué decidí implementarla… ¡Empezamos!
Cuando me diagnosticaron el tumor, decidí que quería hacer algo más que me pudiese ayudar a complementar el tratamiento oncológico, sentí la necesidad de poner algo de mi parte, sabía que algo estaba mal y que no podía depender apenas de un tratamiento. Entre otras cosas , empecé a buscar información y recursos relacionados con la alimentación saludable y anti cáncer. Lo único que pretendía era sanarme. Este aprendizaje me ayudó a desarrollar nuevos hábitos, con el paso del tiempo fui mejorando, empecé a ser consciente de que toda esa información que recopilé, absorbí y apliqué era una riqueza y llegué a la conclusión que no podía guardarla solo para mí, debía compartirla con quién lo necesitara.
Fue entonces cuando empecé a difundir los beneficios que viví en este proceso de cambio hacia la alimentación saludable en mi entorno, después mi entorno, donde seguramente te encuentras tu, me animó a compartir esa información de un modo más global. Pero vamos al grano, a continuación comparto contigo que tipo de alimentación decidí eliminar y a cual le dí la bienvenida…
Alimentación a la que digo NOOOOOO
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En su día, la carne roja. En la actualidad, cualquier tipo de carne animal.
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Los lácteos y sus derivados.
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Alimentos refinados. Azúcar blanco y alternativas artificiales (refrescos, bollería convencional, salsas, galletas), sal de mesa, harinas que no sean integrales (pasta,pan…).
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Alimentos procesados (pizzas congeladas, platos preparados, helados…)
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Alimentos ricos en sal (embutidos, quesos, pan blanco, patatas chips, salazones…).
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Alimentos preparados a la brasa o fritos. Con estas técnicas culinarias se generan sustancias cancerígenas.
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Alimentos ahumados. El proceso de ahumar genera sustancias cancerígenas.
Alimentación a la que digo HOLAAAA
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Legumbres de todo tipo (lentejas, azukis, garbanzos, guisantes, judías, alubias pintas, blancas, negras…) y en todas las formas posibles (humus, paté, hamburguesas, estofadas…).
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Cereales integrales avena, espelta, arroz, mijo, quinoa, amaranto, trigo sarraceno… a poder ser en grano entero o copos.
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Fruta fresca
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Frutos secos y semillas recomiendo una cucharada de lino molido diariamente y destaco las nueces por su aporte de omega 3. Compra siempre frutos secos al natural y sin sal.
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Fermentados como la salsa de soja, el tempeh, el ajo negro, el vinagre de manzana, el yogur de soja…
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Verduras crucíferas como el brócoli, col, coliflor y col rizada.
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Verduras de hoja verde como espinacas, lechuga, grelos…
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Otos vegetales como pimiento, remolacha , calabacín, berenjena, setas…
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Hierbas aromáticas y especias, especialmente la cúrcuma y pimienta.
Te animo a que poco a poco vayas incorporando alimentos a los que doy la bienvenida y elimines los que rechazo.